"Biblioteca Escolar del I.E.S. Los Boliches - Fuengirola (Málaga)

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8 de febrero"La Desbandá de Málaga"

 La Desbandá de Málaga

 Vista desde la fotografía, la literatura y el cómic

La masacre de la carretera Málaga-Almería, conocida popularmente como la Desbandá, fue un ataque a civiles ocurrido durante la Guerra Civil Española, el 8 de febrero de 1937, tras la entrada en Málaga de las tropas franquistas. Una multitud de refugiados que abarrotaban la carretera huyendo hacia Almería (ciudad bajo control del Ejército Popular Republicano) fue atacada por mar y aire causando la muerte a entre 3000 y 5000 civiles.

En la actualidad, a la carretera Málaga-Almería se la denomina N-340, denominación dada por el gobierno franquista en 1941 al eje viario Cádiz-Barcelona del que esta carretera forma parte.

 Masacre de la carretera Málaga-Almería (wikipedia)

 

Paseo de los canadienses

 

 Sobre esta edición

Tamaño 29cm x 20,5cm Color PVP 20€

Autores: Carlos Guijarro Esteban

(Guión, Dibujo, Tinta)

ISBN / ISSN: 9788415944270

Código de barras: 9788415944270

Rústica 120 pp

Tomo único

Edicions De Ponent

 

 Tres veraneantes pasan sus vacaciones en la costa del sol. Un día, mientras caminan por un paseos que transcurre paralelo al mar, un letrero llama su atención: Paseo de los Canadienses" ¿Por qué ese nombre? Un anciano que les observa les comenta misterioso: "todo esto es precioso, ¿verdad? Pues les diré algo, a este sitio algunos lo conocemos como la carretera de la muerte" y les señala una placa conmemorativa, fijada a la roca, dónde puede leerse "en memoria de la ayuda que el pueblo de Canadá, de la mano de Norman Bethune prestó a los malagueños fugitivos en febrero de 1937". Mientras se aleja les lanza un reto: "Averigüen, se sorprenderán de lo que van a encontrar. Se va a iniciar así un proceso de investigación en el que van a descubrir probablemente el mayor drama humano de toda la guerra civil: 8 de febrero de 1937, caída de Málaga, 150.000 personas huyen de la guerra en dirección a Almería , perseguidos sin descanso por tierra mar y aire, la huida dejará un balance de miles de muertos, mujeres ancianos y niños en su mayoría. A través del testimonio de una superviviente, una niña entonces, se revivirán los sucesos de una tragedia que, a pesar de su gravedad, es ignorada por la mayoría de los españoles, y en la que se anticipan muchos de los horrores que vendrán después: el desplazamiento masivo de poblaciones, el exterminio sin reglas del enemigo, la utilización del terror indiscriminado sobre la población civil como arma de guerra y, finalmente, el genocidio. El comic nos recuerda que reconocer la injusticia cometida, es empezar a reparar el daño causado, algo que nunca lograran quienes creen que pasar página consiste en arrancarla del libro.".

 

 

La Desbandá

 Datos del libro

  • Nº de páginas: 608 págs.
  • Encuadernación: Tapa blanda bolsillo
  • Editorial: ROCABOLSILLO
  • Lengua: CASTELLANO
  • ISBN: 9788496940192

 

En el verano de 1935, un niño de once años llamado Mani lucha por sobrevivir en una Málaga empobrecida y castigada. Los cuatro hermanos mayores de Mani están tan divididos por sus ideas políticas como la propia España. Paco pertenece al Partido Comunista, Antonio -el anarquista- está en continuo conflicto tanto con Paco como con Ricardo, un beato preocupado por la salvación de la familia, y Miguel sólo está pendiente de sus conquistas amorosas. Mientras para Mani, que parece el único con sentido común pese a su corta edad, la mayor preocupación consiste en conseguir el dinero que ayude en el sustento familiar aunque el clima político se ha ido calentando en el último año, la República camina por la cuerda floja y su familia parece estar en el centro del huracán. Pronto, la Luftwaffe bombardeará la ciudad...

 

 

Henry Norman Bethune

Henry Norman Bethune (3 de marzo de 1890 - 12 de noviembre de 1939) fue un doctor e innovador médico canadiense. Es conocido por sus servicios en tiempo de guerra, con la intervención de sus unidades médicas durante la Guerra Civil Española y con los ejércitos de China durante la Segunda guerra sino-japonesa. Habitualmente se considera que desarrolló el primer servicio móvil de transfusiones de sangre en España en 1936, aunque otras fuentes apuntan a que este mérito le correspondió, unos meses antes, al doctor Frederic Durán-Jordà.

  

 

Una muestra sobre los brigadistas recrea la "masacre" franquista en Málaga

Norman Bethune, tras los pasos de un héroe en Andalucía

 

Soñar no cuesta Nada

 Juan Leiva  -   Sábado, 7 de febrero de 2015 

Aunque a la mañana siguiente casi nunca me acuerdo de mis devaneos oníricos, esta pasada madrugada tuve un sueño inquietante con un final extraño. Soñé con un lejano siete de  febrero de hace ya muchos años, imborrable para muchos malagueños que vivieron un negro episodio propiciado por quienes se dejan arrastrar por la locura de la guerra:

“Varios cientos de personas procedentes de diversos pueblos de la provincia se habían ido congregando durante los días previos en la catedral malagueña. Sin apenas poder dormir, con el alma en vilo y tras varios días sin un trozo de pan que llevarse a la boca, la madrugada del día siete se había presentado especialmente fría. Algunos  pudieron hacerse con unos cartones con que mitigar la baja temperatura; otros tuvieron que apañárselas con el leve calorcillo que provenía de acurrucarse unos con otros.

Hacia las siete de la mañana, antes de que las primeras luces del día pintaran sus primeros colores sobre las vidrieras de la catedral, alguien aporreó la puerta principal apresurando a cuantos allí estaban para iniciar la marcha sin más dilación. La inminente llegada de las tropas nacionales, a punto de tomar Málaga sin apenas resistencia, había desatado el pánico y muchos malagueños emprendieron sin demasiadas esperanzas una penosa huida por la carretera de Almería. Allí iban hombres, mujeres, niños y ancianos atemorizados, desconcertados y sin saber muy bien qué destino seguir.

Extrañamente, nada más emprender la partida y tras cruzar el parque malagueño, varios aviones que amagaban con soltar las primeras bombas se retiraron; a su vez barcos de guerra, que próximos a la costa habían lanzado ya alguna que otra andanada de fuego y metralla, de pronto cambiaron el rumbo y se dirigieron mar adentro. Aquello parecía raro; más aún cuando a la altura de la barriada malagueña de El Palo, en la ambulancia de un médico canadiense que había acudido para prestar sus servicios médicos a los heridos, estaban repartiendo caramelos y globos de colores a niños que unos minutos antes tenían su carita desencajada. Nadie daba demasiado crédito a lo que estaba sucediendo; pero, como no se fiaban, siguieron avanzando hasta que al llegar a la playa del Peñón del Cuervo se detuvieron. Allí los esperaban muchísimos paleños que, entre abrazos de júbilo y lágrimas, les comunicaron que ya no era necesario seguir huyendo y que Málaga se había convertido en una ciudad abierta, donde tenían cabida todas las personas independientemente de sus ideas políticas. Casi no tenían nada con que alimentarlos, pero unas pocas de naranjas, almendras y caña de azúcar sirvieron para aliviar el hambre de aquellas criaturas que llevaban varios días sin tener nada que comer.

Mientras que los hombres, con el corazón encogido, echaban el primer cigarro en muchos días  sin creérselo del todo, las mujeres entre sollozos daban rienda suelta a su alegría y empezaban a soñar ya con el regreso. Sin embargo los niños, algo nerviosos aunque con un atisbo de sonrisa  que iluminaba sus famélicos rostros, ni siquiera se atrevían  a acercarse a la orilla y jugar con las olas del mar que algunos estaban viendo por primera vez. Alguien tenía que ocuparse de unos inocentes chiquillos que en los últimos días habían soportado demasiados sobresaltos; apareció entonces un hombre que durante la tarde anterior había permanecido en un rincón, junto a una de las capillas de la catedral,  ensimismado en la lectura de un libro de Miguel Hernández. Era algo mayor, alto, rubio y mirada que transmitía a la vez tristeza y dulzura; me recordó tanto al maestro de la película “La lengua de las mariposas”, que me atrevería a decir que era él mismo o puede que yo quiera imaginarlo así. Con su voz grave, haciendo bocina con el cuenco de sus manos, convocó a los niños hasta reunirlos junto a un barracón que en su momento debieron usar los pescadores; allí les contó que aunque algunos hombres tratan a los demás como a pájaros y flores, otros dejan suelta a veces una especie de fiera que llevan dentro capaz de las mayores atrocidades. También les habló de que se aprende a dominar y controlar a esa fiera en la escuela, semillero de la tolerancia y el respeto necesarios para lograr una convivencia en  libertad y, sobre todo, en paz. Aquellos niños, que tanto habían sufrido, igual no entendían del todo las palabras de aquel hombre que los tenía embobados, pero desde luego estaban recibiendo la primera lección para borrar de sus vidas las palabras odio y guerra”.

Me desperté serenamente de mi sueño ya que los malos recuerdos, que en más de una ocasión me habían producido alguna que otra pesadilla, parecían haberse disipado a través de un extraño túnel del tiempo. ¿Será que tantos años después el dolor ha desaparecido del todo?  ¿O es que los sueños nos ayudan a convivir con la realidad hasta hacerla más llevadera? En cualquier caso la historia debería de haber cambiado aquel día en aquella playa; al menos  como lo he imaginado en mi sueño.

Mi recuerdo a todos ellos en este aniversario que cada año me sigue pellizcando.

Juan Leiva León

 

Web Biblioteca IES Los Boliches realizada por: Miguel Ángel Fernández y José Huertas.